Si tuviesemos que definir la esencia de Oblivion en unas pocas palabras deberíamos recurrir a aquello que en tantas ocasiones nos han indicado los propios desarolladores, “vivir otra vida en otro mundo”. El espíritu de toda la saga siempre ha querido ser él mismo, pero no ha sido hasta esta cuarta entrega cuando por tecnología y medios, esta filosofía se ha llevado a su punto más alto. Como buen RPG de corte tradicional, el juego se centra en crear un personaje de las características que nosotros definamos y lo desarrollemos conforme vamos avanzando en la historia. De esta manera, en cuanto comencemos nuestra partida podremos modificar aspectos físicos y de raza en primer lugar y de clase de segundo. Podremos elegir entre 10 razas -Bretón, Imperial, Nórdico, Redguard, Alto Elfo, Elfo de los Bosques, Elfo Oscuro, Khajiit, Argoniano y Orco-, con posibilidades en lo que se refiere a la personalización facial que están por encima de lo visto en cualquier otro videojuego -más de 80 variables-. Después, las clases que podemos elegir son meras guías, ya que podemos crear la nuestra propia a través de la selección entre las habilidades que queremos que afecten más a nuestro personaje y las que decidamos que tengan menor repercusión en él. Una vez hecho esto nos aventuramos en el nivel de introducción que nos guía a través del intento de huida del emperador de sus asesinos, que terminará con su muerte y con nuestr a libertad, pudiendo entonces decidir si realizar la aventura principal o por el contrario hacer lo que nos plazca por el mundo de Tamriel con nuestra única voluntad como guía. La libertad de acción se ha abordado en Oblivion como nunca se había realizado antes en un RPG, superando con creces lo hecho en Morrowind. De este modo tendremos desde el primer momento total autonomía para investigar cualquier lugar que deseemos o realizar aquello que nos venga en gana. Así podemos llegar a ser desde un modesto pintor o escritor hasta un ladrón, un asesino y cómo no, un héroe. Todo depende de lo que deseemos. Para ganar objetos y poder obtener dinero, podremos realizar pequeñas misiones o “quests” que no son más que tareas que nos encargará la gente del pueblo. Aunque el número de ellas es ligeramente inferior al de Morrowind, se le ha añadido mayor profundidad de desarrollo a las mismas para así aumentar su duración y evitar ser aburrido y tedioso el completarlas.
Mínimos:
Sistema operativo: Windows XP
Procesador: Intel Pentium 4 o equivalente a 2 GHz
Memoria: 512 MB RAM
Espacio en disco duro: 4.6 GB
Unidad lectora: DVD-ROM 8x
DirectX: v9.0c
Tarjeta gráfica: 128 MB VRAM
Tarjetas soportadas:
Serie ATI x800
Serie ATI x700
Serie ATI x600
Serie ATI X850
Serie ATI X1800
Serie ATI X1300
Serie ATI Radeon 9800
Serie ATI Radeon 9700
Serie ATI Radeon 9600
Serie ATI Radeon 9500
Serie ATI Radeon 9000
Serie NVIDIA Geforce 7800
Serie NVIDIA GeForce FX
Serie NVIDIA GeForce 6800
Recomendados:
Procesador: Intel Pentium 4 o equivalente a 3 GHz
Memoria: 1 GB RAM
Tarjetas gráficas recomendadas: Serie ATI X800 y serie Nvidia GeForce 6800.
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